En
el extremo más septentrional de Colombia y de Suramérica, se encuentra un territorio desértico, rodeado
de playa: la guajira. Sus habitantes han aprendido a
aprovechar la geografía y las condiciones de terreno para dar lugar a una de
las comunidades indígenas más fuertes y conservadas de América: los wayuu
Así, el paisaje es complementado por
los rebaños de cabras de los indígenas y sus casas elaboradas en
"yotocoro" (corteza de cactus) y bahareque, las cuales contrastan con
los colores vívidos de su vestuario y tejidos.
Además
de sus extensas playas y aguas tranquilas perfectas para tomar el sol y la natación, lo
viajeros pueden disfrutar de los vientos para la práctica de kitesurf y de las
dunas para participar en los famosos rallys de la península.
De igual manera, la exótica
naturaleza se deja ver en las caminatas guiadas por los parque naturales del departamento;
un excelente escenario para la práctica del ecoturismo y el avistamiento de
aves.