Caminan con sus mantas coloridos por las calles de Rioacha, Uribia y todas las poblaciones. En los desierto basta encontrar un grupo de cabras para saber que muy cerca, entre los matorrales, se encuentra alguna ranchería o grupo de indígenas con su rebaño.
las rancherías wayúu, las cuales son las
viviendas de los wayúu. Desde el comienzo la experiencia es única, ya que para
llegar a ellas debe cruzarse el desierto y descubrir entre la vegetación, las
rústicas construcciones. Al llegar el recibimiento es con un vaso o totumo de
"chirrinchi", una bebida de aguardiente de caña de azúcar.
Una de las primeras cosas que se notan es la presencia de las
coloridas hamacas o chinchorros ; tejidos
por las mujeres wayúu, en lugar de sillas y camas. Entre risas y música de
tambores, se presenta la Yonna, un baile típico en el cual la mujer intenta
hacer caer al hombre.
Los wayúu se organizan por castas y
es la mujer quien tiene el deber de transmitir la cultura, de tal manera que la
organización cultural y política de las comunidades se da a través del
"matrilinaje". No sólo deben cumplir la ley que rige a todos los
colombinos sino también una propia, la ley del pago wayúu, en la cual la
palabra lo es todo.
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