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FRICHE: Podría decirse que es el plato con el cual se distingue nuestra tierra en todo el atlas de culinaria típica colombiana. La receta original ordena solo tres ingredientes: chivo, sal y aceite. La tradición indígena le agrega la sangre del mismo animal para lograr un mejor sabor en la carne, pero su uso queda al gusto del comensal. Sus mejores compañeros son los bollos, aunque la variedad y el gusto hacen que arepas, arroz o yuca no desmerezcan a la hora de servirlo. El friche es infaltable en ocasiones de gran importancia para la comunidad wayuu, como los matrimonios, los novenarios de difuntos y la entrega de dote para una boda. Friche, invitado de honor en el llamado del clan a celebrar y congregarse; el viaje del espíritu hacia Jepirra; el pacto de las familias por la paz territorial.


ARROZ DE CAMARÓN: Este plato inmortal, que puede constituir perfectamente el atractivo principal de una comida y se deja saborear incluso sin acompañante alguno, puede degustarse a cualquier hora del día, aunque la tradición lo incluya en el menú de los almuerzos. Su caracterisco color amarillo proviene del achiote, que se encarga también de aportar al gusto. En la opción de muchos, se disfruta mucho más cuando esta “amanecido”, es decir, que se guarda de un día para otro y se calienta a la hora de consumir. El plátano pícaro, asado y melao, el chivo, el conejo, la sierra frita y una buena ensalada de huevo, papa, cebolla y mayonesa son las opciones que las costumbres locales ofrecen como acompañantes para este manjar de dioses. El cucayo o pegadura de este arroz es un trofeo codiciado en muchos hogares, e incluso más apetecido que el arroz suelto.

ASADURA : Pastores por naturaleza, los wayuu obtienen el máximo provecho de su ganado, empleando vísceras y carne en la preparación de platos que son pilares de la gastronomía guajira. Además, con la venta o el intercambio de estas delicias, aprovisionan su despensa con alimentos como el café, la harina, la panela y el aceite. De las entrañas del chivo, la res o el cerdo, surge la popular “asadurita”, preferida popularmente para consumir a la hora del desayuno. La sal, el tomate, la cebolla y el vinagre son los ingredientes responsables de dar el punto exacto de sabor, y el arroz blanco, las arepas y los bollos de acompañante.

ARROZ DE CHIPI-CHIPI: Su preparación exige tiempo y paciencia, pero se convirtió por generaciones en la ocasión para aprender de la sabiduría de la abuela o la madre, mientras se retiraban las conchas del marisco; se obtenía el tesoro de su carne, y se tejían los hilos de la familiaridad y el cariño. Los restos de arena, compañeros fieles del chipi chipi que solo desaparecen, y no totalmente, después de varias lavadas conceden a este arroz la cualidad única de contar con este ingrediente en el resultado final. Como dato especial, podemos decir que la carne del marisco debe retirarse cuando este aun se encuentra caliente después de haber sido cocinado, porque si se deja enfriar, la concha que lo protege vuelve a cerrarse. Este plato pertenece a la tradición de la cocina riohachera y puede acompañarse con ensalada de remolacha y zanahoria.



PESCADO A LA PARRILLA: La cercanía al mar ha hecho del pescado elemento esencial en la dieta de los guajiros. Muchos afirman, que el sabor de los peces de La Guajira es único e irrepetible por el amor con que los envuelven las aguas de Mar Caribe. La sierra frita, guisada o en salpicón. El pargo rojo, con gusto insuperable al ser bañado por el guiso. La cachirra, pequeña, sabrosa y de atrevido olor; hija de las aguas del poblado de camarones; extremadamente salada y consecuentemente de notable sabor, se prepara directamente sobre las brasas de carbón, adquiriendo de esta manera su particular presentación. Fruto también de las prolíficas cocinas de nuestros ancestros son el tradicional arroz de liga o combinado, y el pescado a la vinagreta plato ya desaparecido, que se elaboraba teniendo como ingrediente esencial el vinagre casero o criollo.

CREMA DE FRUTOS DEL MAR: Bendecida es la tierra guajira por la generosidad del mar que la baña. Frutos de él son las hermosas langostas rojas, fino platillo que le otorga prestancia por si solo a cualquier menú y que pueden consumirse cocidas, o en ensalada; los enormes langostinos, el pulpo, las ostras y almejas a los cuales se atribuyen propiedades afrodisiacas y que constituyen un preciado manjar para consumir en preparaciones diversas como cocteles y cazuelas, y ocasiones especiales que ameriten la presencia de viandas exquisitas.

LA MALANGA FRITA:Este plato del sur, que hace relamer de deseo y nostalgia a más de uno, responde a la vocación agricultora de las familias y une a dos especies presentes en la huerta y el corral de las casas de esta parte de La Guajira: la gallina y la malanga. Las pechugas y perniles son las presas preferidas del ave para darle gusto a esta receta. Primero deben ser cocidas para suavizar la carne y luego guisadas con ajo, tomate, cebollín, achiote y ají para que obtengan su delicioso sabor. Dependiendo del gusto de la cocinera y los comensales, la malanga puede presentarse como una especie de sopa en la cual la gallina se deshace, o servir las presas acompañadas por la malanga y bañadas las dos por el guiso antes descrito.


ARROZ DE FRIJOL ROJO: Junto a verduras y tubérculos como la ahuyama, la yuca y el pepino guajiro o shimuna, el vocablo wayuunaiki, crece el frijol guajiro o criollo, en la huerta casera. En este caso, es el encargado de dar un toque especial al arroz y hacerle diferente. Muchas de las expertas cocineras de la región, afirman que no es necesario el uso del achiote para otorgar color a este plato, puesto que una adecuada preparación permite que sea el mismo frijol quien tiña al arroz. Dada la aridez característica de las tierras del norte de la región, lo que deja pocas opciones de cultivo, el arroz de frijol guajiro es una de las muestras de recursividad de las gentes de esta zona guajira, para enriquecer de manera suculenta las comidas de todos los días.

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